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J U L I O 2 0 1 0


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Hace muchos años que este viaje nos estaba esperando. La idea de viajar a la isla donde nació Rehana estuvo presente, rondando en nuestras cabezas, prácticamente desde que nos conocimos. Pero ya fuera por el recrudecimiento de la guerra, por el Tsunami del 2004, o por la pereza de vernos obligados a visitar a familia y demás, lo hemos ido posponiendo años tras año. Este verano finalmente vamos a cumplir con una gran ilusión y visitar Sri Lanka.


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viernes, 23 de julio de 2010

Día perdido, Familieando.

Día 21, Yala - Tangalla - Unawatuna.
A veces sucede que se pasa el día y no se ha hecho nada. Nada útil me refiero. Y a veces también sucede que acaba el día y uno se siente cabreado porque no ha hecho nada de lo que quería y además porque lo poco que ha hecho ha salido mal. Hoy es uno de esos días y estoy de mala leche. La cuestión es que siempre hay alguna razón o algún culpable por la que todo se tuerce, imagináis quién lo es en esta película?
Para empezar nos hemos ido, tras desayunar como campeones en el buffet de lujo del Hotel de Yala, a casa de la tía de Rehana, la mujer del policía que tan amablemente nos guió por Kataragama el otro día. Era una visita de rigor ya que, además de ayudarnos a llegar a la procesión y tal, Rehana no veía a su tía desde hacía muchos muchos años, quizá 20. Lo malo de estas cosas es lo de siempre, lo que espera la gente del visitante. Como bien dice Shashi, aquí si tienes dinero te quieren mucho, si tienes algo de dinero te quieren algo, y si no tienes nada no te quieren una mierda. La gente se cree que por venir de Europa somos ricos, que ahí recogemos los dineritos de los árboles como aquí recogen los mangos, cuando la realidad es que trabajamos todo lo que podemos y más para vivir y de tanto en tanto darnos un lujo, que como todos sabéis lo del lujo es una manera de hablar porque la realidad es que vamos de tiradetes. La cosa es que no tenemos pasta para soltar a lo jeque árabe, ni teniéndola se la daría tampoco, así que después de invitarnos a comer muy bien y acogernos perfectamente ha empezado a contar las penas, lo de siempre vamos, que la vida aquí es muy dura que patatím que patatam... Hay que acabar sudando porque si no... Sucede también que en estos recónditos lugares, estamos en una villa del interior, pocas cosas pasan normalmente y ver a visitantes es aún más raro si cabe. Normalmente cuando llegas a un sitio así, la vecina viene a pedir sal y de paso habla y habla, la abuela de atrás igualmente se ha acordado de pedir un poco de coco y de paso nos saluda, y así sucesivamente con todo el vecindario. Aprovechando que estamos ahí las hijas de los tíos en cuestión, es decir las primas de Rehana, han venido a comer y a vernos. Una tiene un niño majísimo con el que he hecho buenas migas y la otra se va a casar pronto. Así que tras hacer una rápida visita a la casa de atrás, donde vive otro familiar, la chica ha insistido en llevarnos a casa del futuro marido, donde por supuesto nos han puesto pastitas y guarradillas dulces para comer, un té, y toda la parafernalia de rigor. La oportunidad de que alguien de fuera venga a casa no se puede dejar pasar. Así lo ven ellos por lo menos. Se agradece un montón la hospitalidad de esta gente, no sé en cuántas casas hemos estado ya, pero llega un momento en que uno se cansa de tanta charla y de tanta historia. Por el amor de Dios, acabemos ya!
Con este panorama la visita se ha alargado de lo lindo y a eso de las 4, después de poner muchas caras poco disimuladas de "tenemos que irnos coño!", hemos tirado finalmente para Tangalla, una de las poblaciones que sufrió el Tsunami muy directamente pero que se ha recuperado bastante bien de sus consecuencias fatales. Íbamos a pasar una noche y al día siguiente, a mediodía después de aprovechar la playita largarnos hacia Unawatuna. Shashi nos ha llevado a un sitio que conoce bien y que por 1500 rupias, 10 euros y medio, dormiamos en la misma playa, en habitaciones correctas pero sin lujos. Pero ha sucedido lo mismo que en Nuwara Eliya. A los señoritos no les ha gustado la pieza, se han quejado de que el precio no incluía desayuno, por 10 malditos euros quieren desayunar tostadas y mermelada, su puta madre... así que nos hemos tirado como 1 hora buscando un lugar adecuado en Tangalla. Obviamente el que han visto y les ha gustado costaba 50 pavos por noche. Muy caro, qué cojones quieren entonces? Pero para rizar aún más el rizo, si no fuera suficiente con no escuchar lo que todos decimos y llegar a acuerdos democráticos, pues a muchos ya nos iba bien la habitación y aún teníamos toda la tarde para hacer algo, la marquesa ha decidido, a las 5 y media de la tarde, con la noche cayendo ya, que viendo lo poco que podíamos hacer en Tangalla ya y sin "buenas" habitaciones disponibles, lo mejor era largarnos para Unawatuna, a 60 Km más o menos, es decir, a más de 2 horas de camino según el paso srilankés. Luego cuando lo ha dicho se le ha ocurrido preguntar qué pensábamos. No la he mandado a la puta mierda por lo que me toca, Rehana tres cuartos de lo mismo, y Shashi, el queconduce y se come tó el marrón había que verlo. Está negro a más no poder y mira que eso es difícil.
Conclusión: Hemos llegado a la habitación casi a las 9 de la noche. Cansados y cabreados. Hemos perdido la tarde en el coche y el día de casa en casa. La habitación es igual o peor que la que vimos en Tangalla. A los marqueses no les ha quedado más remedio que comérsela, que se jodan. Y nos hemos jugado, literalmente, la vida en la carretera. De noche, con un faro roto, policías que nos han parado 2 veces y nos hemos librado de una multa segura por la cara de Shashi, el conductor cansado, tráfico de locura y una lluvia torrencial de cojones.
Estamos de los turistas hasta el moño. Nunca mais así, eso seguro.

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