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J U L I O 2 0 1 0


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Hace muchos años que este viaje nos estaba esperando. La idea de viajar a la isla donde nació Rehana estuvo presente, rondando en nuestras cabezas, prácticamente desde que nos conocimos. Pero ya fuera por el recrudecimiento de la guerra, por el Tsunami del 2004, o por la pereza de vernos obligados a visitar a familia y demás, lo hemos ido posponiendo años tras año. Este verano finalmente vamos a cumplir con una gran ilusión y visitar Sri Lanka.


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viernes, 23 de julio de 2010

Lluvia en el paraiso.

Día 22, Unawatuna - Galle.
Nos hemos levantado con un buen dolor de cuerpo. La cama piedra ha hecho bien su trabajo y el resto lo ha hecho el cabreo que llevávamos desde ayer. Los tocapelotas ahora no se quejan pero no lo hacen porque les guste la habitación o se sientan cómodos ahí. Es la misma mierda de siempre, same shit, pero como fue su idea la de largarnos a corre cuita de Tangalla para ir a parar a lo mismo en Unawatuna, al mismo tipo de alojamiento, no pueden quejarse ahora, eso es imposible ni que haya cucarachas en su habitación. Pero lo hemos hecho nosotros y quizá sólo para tocarles los cojones. Así son las cosas.
Tras desayunar algo nos hemos acercado a la ciudad de Galle. Es famosa por su Fuerte y por ser una de las ciudades más dinámicas del sur de la isla. Nos hemos dado una vuelta por el casco antiguo, por el Fuerte que haciendo gala a su nombre su mantuvo fuerte cuando llegó la gran ola del Tsunami. La ciudad sufrió bastante las consecuencias de la catástrofe pero igual que Tangalla y Unawatuna, se ha recuperado rápidamente. Los holandeses plantaron aquí esta ciudadela militar allá por el siglo XVII para defender sus intrereses comerciales en la zona. El escudo de la famosa Compañía Holandesa de las Indias Orientales aún luce en alguna de las puertas de entrada. Para variara nos ha llovido a cántaros. Por suerte hemos podidos resguardarnos en un saliente del Fuerte y hemos aguantado el chaparrón como hemos podido. Justo a la salida de la fortaleza se encuentra la ciudad nueva y el Estadio Internacional de Criket de Galle. El contraste de los muros, las iglesias y las mezquitas de un lado y los carteles publicitarios y las imágenes de famosos jugadores de criket al lado del campo de juego del otro es rotunda. El estadio está tomado por la policía y los militares. Hay máxima seguridad. Aquí cualquier evento con multitud está considerado de máximo riesgo. Se enfrentan al parecer hoy si no llueve o mañana quizá la selección nacional con la de India.
Ya de vuelta a Unawatuna y tras chequear varias Guest House y Hoteles de la zona hemos decidio quedarnos en el que estábamos pero reclamando una nueva habitación, más limpia y aireada. Hemos tenido suerte y nos han dado una muy grande, alta y mucho más limpia que la que teníamos por el mismo precio prácticamente. A veces vale la pena quejarse, sobre todo si hay poca ocupación. Nos hemos ido a comer a eso de las 5 al Upul Hotel, nada del otro mundo pero en la misma playa, y tras dar un paseito por sus blancas arenas amenazadas por un cielo gris de miedo, hemos callejeado entre las 2 calles que forman la Unawatuna turística, de tienda de recuerdos en tienda de recuerdos. Aquí sí hay playa pero si no la puedes usar es como si no hubiera nada. Así que al oscurecer nos hemos recogido para el Hotel y hemos bebido y charlado los 4 de siempre al fresquito de la terraza. Mañana será otro día, a ver si mejora.

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