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J U L I O 2 0 1 0


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Hace muchos años que este viaje nos estaba esperando. La idea de viajar a la isla donde nació Rehana estuvo presente, rondando en nuestras cabezas, prácticamente desde que nos conocimos. Pero ya fuera por el recrudecimiento de la guerra, por el Tsunami del 2004, o por la pereza de vernos obligados a visitar a familia y demás, lo hemos ido posponiendo años tras año. Este verano finalmente vamos a cumplir con una gran ilusión y visitar Sri Lanka.


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lunes, 12 de julio de 2010

Calentito y fresquitos.

Día 13, Sigiriya - Kandy.
El despertador natural de la selva, los millones de pájaros de distintas especies, las ardillas, las chicharras y demás bestias que por aquí hay a montones, ha sonado a eso de las 6 de la mañana.  El sol ya se ha levantado también hace un ratito. La alarma es por tanto totalmente inecesaria.
Hoy nuestro destino era Kandy, la segunda ciudad más importante de Sri Lanka y la última capital del Sri Lanka antes de la toma británica, situada en el mismo corazón de la isla, en la puerta de las montañas, de lo que aquí se conoce como el Hill Country. No está muy lejos de Sigiriya y en unas 2 horitas y media podríamos cubrir el trayecto. La cuestión es que hemos tenido que hacer una parada cerca de Dambulla para montar una obra de teatro de cojones, de las buenas, una tragicomedia de esas que hacen historia, una de esas en la que la protagonista es la madre de Rehana haciendo la pantomima de gran señora salvadora de los pobres. Vomitivo.
El otro día, cuando tuvimos la gran suerte de visitar el campamento militar de Jaffna, el chico que fue nuestro pase y que es amigo de Shashi, nos dijo que si queríamos podríamos visitar a los soldados heridos que cerca de Sigiriya se recuperaban en un Hospital Militar. Estas cosas la verdad es que no me gustan mucho. Esa gente no es una atracción turística, no son monos de feria, y creo que suficiente tienen con la cruz que les ha caído encima para que 4 turistas mataos vayan a verlos y a tocarles la moral. Bueno pues al parecer a la madre de Rehana le pareció estupenda la idea de visitarlos, de ayudar a nuestros soldados, de apoyar a aquellos que han salvado a nuestras familias, de cumplir con un sueño y un deber, el de estar ahí para aquellos que han defendido nuestra patria. Apología nacionalista a más no poder rociada con un buen chorrito de hipocresía fría. No está mal para empezar el día. La cosa es que lo dice más de cara a la galería, de cara a los soldados que nos hacían la visita por la base, que de corazón. Que yo sepa no se ha acordado de los soldados en los veintipico años de guerra, pero bueno quizá se le ha ablandado el alma y el espíritu de buena samaritana o madre Teresa de Calcuta a nacido sospechosa y repentinamente en ella. La cuestión es que accedió a que hoy nos llevaran allí para hacer el paripé de ONG que va a ayudar a los pobres lisiados. No se lo creo eso ni Popeye pero ellos se lo tragaron. Las putas apariencias aquí lo mueven todo y eso de parecer alguien importante, de poder tener algo de influencia o poder, parece gustarle mucho a ella. Muy europea para unas cosas pero para otras parece que nunca ha salido de aquí. Se me nota el cabreo?
Ha sido demencial. Nos han tratado como a gente de nivel, llamando a unos y a otros, poniendonos de beber y de comer, volviendo a llamar a otros más importantes, movilizando al a peña como si llegara Mr. Marshall a dejar los millones y a arreglarlo todo. La mujer ha liado tanto la cosa que quizá se pensaban realmente que podría ayudar cuando en realidad no tiene ni puta idea de dónde sacar una silla de ruedas, de cómo enviarla o de cómo contactar con alguien que haga prótesis a medida. Ella piensa que puede hablar con sus amigos y enviar algo de dinero cuando en realidad no hace más que mirar el precio de los hoteles aquí y trabajar como una burra en Suecia para vivir como una persona normal, sin lujos de ningún tipo. Pero claro, aquí hay que aparentar. Su puta madre!
Luego ha llegado lo duro y horrible de verdad, cuando nos han presentado a 9 chavales jovencísimos, el más mayor tendría mi edad, todos mutilados por las minas, ya fuera en piernas, brazos u ojos. Da mucha pena verlos y escucharlos, y asco el pensar que estábamos, porque aunque ni he abierto la boca estaba allí y juro que me hubiera ido si hubiese podido, que estábamos, decía, alimentando de alguna manera sus ilusiones. Nos han hablado de lo que vale una prótesis y nos han dado teléfonos de empresas que se dedican a hacerlas y tal. No es ni mucho menos barato y por eso he salido de la sala con un mal rollo que te cagas. Sé que no se podrá hacer nada desde Suecia, ojalá me equivoque, pero esta mujer no tiene ni los recursos, ni los contactos, ni los conocimientos básicos para hacerlo. Cree que todo es tan fácil como decirlo. Quizá sus intenciones no sean malas del todo pero así no se hacen las cosas. Uno debe informarse antes y luego hablar, con conocimiento de causa. Es una lástima. Seguro que esta noche entre ellos hablan y fantasean con la posibilidad de andar por ellos mismos.
Tras casi 4 horas de estar por allí finalmente hemos salido del Cuartel sobre las 2 de la tarde con el cabreo y la mala hostia de mil demonios encima. Lo siento mucho, no me suelo poner así normalmente, pero iba a explotar en cualquier momento y mandarlos a tomar por culo a todos. Me ha parecido horrible la historia que hemos montado y sobre todo lo que he dicho, el crear ilusiones y expectativas que no se podrán cumplir.
De camino hemos parado a comprar unas frutillas en algunas de las muchas paraditas que montan en las carreteras, y con el rambután, las minibananas y algunos mangos muy dulces, hemos hecho un stop en Dambulla, en donde hay un templo budista muy vistoso, con un Buda gigante presidiendo el edificio. El sitio estaba bien, un poco falso, cartón piedra a lo Port Aventura pero bueno, había gentecilla y muchos monjes por allí, lo que ha servido para distender un poco el ambiente y calmar mis ánimos.
Dejando atrás Dambulla, el paisaje ha empezado a cambiar repentinamente. Las montañas han aparecido en tan sólo unos Kms y la vegetación ha mudado, del arroz, los bananos y las palmeras de Sigiriya y Polonnaruwa, a los inmensos árboles de la jungla, las grandes enredaderas y lianas y la profusa maleza propia de la zona de altura. Las nubes bajas en forma de nieblina han teñido las cumbres y el verde tan intenso de los otros días se ha tornado más oscuro. Positivamente el fresquito de las montañas ha acabado, por fin, con el sofoco insportable que hemos padecido estos días. Es increíble, y creo que me repito ya más que el chorizo pero da igual, la variedad de paisajes y microclimas que tiene este país.
El trayecto a Kandy ha empezado a ponerse feo cuando la carretera se ha empinado y en un plis plas ha empezado a llover primero, a caer un buen chaparrón luego y a diluviar de una manera brutal finalmente. Imaginad las carreteras de aquí inundadas y sobre todo el tráfico de locura, adelantamientos sin visibilidad ni espacio incluidos. Tras media hora de lluvia con ganas, a unos 10 Km de la ciudad ha escampado y he tenido la recompensa a un día de cabreo que pa' qué.
Kandy es una ciudad preciosa que nada más verla gusta a cualquiera. Unas montañas de densa vegetación y árboles interminables rodean un precioso lago. Las casas, aquí de 2 y 3 plantas para salvar el desnivel y aprovechar el espacio, cuelgan de las montañas y se funden con la naturaleza de manera increíble. Su arquitectura es mucho más cuidada y recatada que la tan rudimentaria que hemos visto hasta ahora. La huella británica sigue aún muy viva en muchos de los edificios. Son bonitos, con gusto. Kandy es en realidad otra Sri Lanka y la gente aquí es muy consciente de ello y de ello están muy orgullosos. No sólo cambia el paisaje y la arquitectura sino que cambia, sobre todo, la gente. Su estilo, su clase, su nivel y su educación es mucho mayor que la del resto del país. Es indiscutible. Se nota a primera vista. Visten mejor, son más modernos, y tienen una pose distinta. Es una ciudad más avanzada y cosmopolita, una Barcelona en Castilla la Mancha. Son considerados por el resto como pijos, los italianos del país, chuletillas y a la última moda. Las chicas y chicos se ven más guapos y todo. Hay colegios e institutos por todos lados, claro reflejo del nivel académico que por aquí hay. La educación es algo indispensable en esta zona del país. Las casas de por aquí al lado, todas de dinero, son de médicos, abogados y gente de ese tipo. El tráfico incluso, aún y ser loco de cuidado, es mucho menor y más controlado. Es otro rollo todo. Me gusta.
Además de la buena impresión de la ciudad y la gente, nos hemos llevado un sorpresón con la casa que nos han dejado. Es de un familiar de Saroj y está situada en una zona pija pija, en una ladera que da al río que pasa cerca de la ciudad. El paisaje es idílico. Los bichejos pían, pululan, gritan, y hacen todo lo que tienen que hacer. Las palmeras se iluminan ya con la noche encima con las miles de luciérnagas que suben del río. El fresquito que entra por los grandes ventanales es reconfortante. Es una casa guapa, sencilla y sin lujos pero chulísima, con un suelo de cemento bien lustrado y techos altos a 2 aguas y vigas de madera. Un amplio salón, sofás cómodos, una cocina americana y sobre todo tele! Aquí vamos a estar bien, muy bien.

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