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J U L I O 2 0 1 0


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Hace muchos años que este viaje nos estaba esperando. La idea de viajar a la isla donde nació Rehana estuvo presente, rondando en nuestras cabezas, prácticamente desde que nos conocimos. Pero ya fuera por el recrudecimiento de la guerra, por el Tsunami del 2004, o por la pereza de vernos obligados a visitar a familia y demás, lo hemos ido posponiendo años tras año. Este verano finalmente vamos a cumplir con una gran ilusión y visitar Sri Lanka.


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viernes, 16 de julio de 2010

Fa fred.

Día 16, Kandy - Nuwara Eliya.
Escribo al lado del fuego y con un anorak puesto. Son las 6 de la tarde, es noche cerrada, y en las montañas más altas de la isla, cerca del Monte Pedro y en pleno Hill Country, hace frío. No es exagerado pero se agradece el calorcito acogedor de la lumbre y el olor característico del humo de leña tropical y de la cáscara de coco, que se utiliza como llesca. Estamos en una guesthouse típica de esta zona, estilo colonial inglés, con la chimenea en marcha y pensando cómo puede ser que hace pocas horas sudábamos la gota gorda y ahora nos apetezca estar así. Así es Sri Lanka, llena de contrastes.
Hemos dejado la mansión y tras hacer una visita a un hotel de lujo de Kandy, el Earl's Regency, donde trabaja un amigo de no sé quién, una gran pérdida de tiempo pues me interesa una mierda pinchá en un palo cómo es la suite o cómo se bañan los pijos saudís, hemos partido hacia las montañas. (Por lo menos hemos desayunado por la cara.)
Saliendo de Kandy la carretera empieza a ascender poco a poco y se introduce en las montañas centrales. Serpentea cada vez más y aunque su estado es sorprendentemente bueno el paso de la Van es lento, pues lleva mucho peso y con el desnivel hay que intentar no calentarla demasiado. El cielo rápidamente se cubre por nubes que se abrazan a la cima de las montañas y las tapa. Empieza a llover y el cielo encapotado nos acompaña el resto del camino. El paisaje también cambia repentinamente. Los frondosos bosques húmedos tropicales que estábamos acostumbrados a ver durante los últimos días desaparecen dejando paso a las grandes plantaciones de té. El verde claro y brillante de la planta del té lo cubre todo. Las montañas peladas y escalonadas están recubiertas en su totalidad de ese verde maravilloso sólo roto por los pequeños caminos marrones que los cruzan geométricamente. Las tea pluggers, las recolectoras de la hoja de té, trabajan por todas las lomas, agachándose y recogiendo una y otra vez, una y otra vez, y así desde que despunta el sol hasta que por lo menos han recogido 20 Kilos. Cobran poquísimo y sólo por lo que recogen. Se las reconoce inmediatamente. En ese infinito mar verde sus ropas de colores rampantes, azules, rojos, naranjas y amarillos, destacan descaradamente. Cargan con el saco de recolección a la espalda y lo tienen anudado en la frente. Son todas muy negras, son tamiles y no es casualidad. Huele a tierra mojada, a la humedad de los árboles, a flores extrañas desconocidas. Huele a naturaleza pura y virgen, a grandiosa y exhuberante naturaleza. Esto es increiblemente bello.
Paramos brevemente en Ramboda para ver las preciosas cascadas que caen desde las alturas. Aquí nace el río más largo de Sri Lanka, de apenas 300 y pocos Kms y el agua de estas montañas es quizá la única que puede beberse directamente. Hay también varios grandes lagos por la zona. No es extraño pues las constantes lluvias y la alta humedad los alimentan constantemente. Seguimos avanzando y paramos en la famosa Blue Tea Plantation donde nos han explicado todo el proceso de la fabricación del té, desde su cultivo hasta su empaquetado. Ha sido muy interesante y hemos podido estar en la factoría donde realizan todo el trabajo de selección de las hojas, secado, corte y tueste. Hemos podido comprar luego, por supuesto, el té de Ceilán más fresco y auténtico que se pueda encontrar en el mercado.
Al llegar a Nuwara Elyia, la pequeña ciudad situada en la cima, hemos encontrado una réplica a pequeña escala de un pueblecito de las Highlands británicas. Casitas con su entrada clásica, blancas o de algún color pastel, tejados a varias aguas y también de color, jardincitos muy bien cuidados, huertecillos con fresas y vegetales frescos propios de Europa, e incluso un hipódromo, bastante descuidado todo sea dicho, donde antaño seguro que los colonos hacían sus apuestas y vestían sus sombreros rollo las famosas carreras inglesas.
El pueblo en sí es escasamente una gran calle comercial, con restaurantes, tiendas y una estación de autobuses. Se parece bastante, salvando las grandes distancias, a Andorra, pues es el lugar habitado a más altura de la isla y desde aquí se pueden hacer rutas a las cimas más conocidas, como el Monte Pedro o Adam's Peak. Por ello abundan los sherpas srilankeses que te venden el viaje, la subida y las mejores vistas del mundo por unos miles de rupias.
Hemos comido algo rápidamente en el Da Silva, y tras darnos una vuelta nos hemos ido a la Guest House que hemos conseguido, como siempre, por contactos. No está mal del todo pero los señoritos ya se están quejando, como siempre. Veremos qué hacemos. Estaría bien subir a Adam's Peak, pero tal y como está la tarde, es posible que no valga la pena subir mañana, pues hay que madrugar mucho y tener también mucha suerte para que no esté nublado y no haya niebla, la famosa mist que aquí todos temen. De momento se ven bastantes estrellas, muy muy cerca, pero aquí el tiempo cambia muy rápidamente y las previsiones no son demasiado buenas.

2 comentarios:

Davide Giulippi dijo...

Amigos míos,
que bonito es saber que lo estáis pasando de maravilla y viviendo muchas experiencias fantásticas. Me gusta leer todo lo que publicáis ya que parece que esté siguiendo las aventuras de Marco Polo hacia las Indias y tengo la sensación de poder oler todos los paisajes por donde pasáis así como degustar todos los platos que probáis.
Es por este motivo que espero vuestro regreso con emoción para revivir estos momentos y también para hablar de un proyecto que os puede interesar relacionado con la publicación de unas guías de viaje que me han propuesto desde los Museos Vaticanos Monseñor Cipriani Gentile y con el que trabajo actualmemte en la restauración de unos frescos de Giotto.

Un abrazo,

Davide Giulippi

daniii dijo...

Grande juanan y rehana!! como va todo chicos??? para que pregunto eso? si solo falta que pongas en las cronicas de viaje cuando cagoteas...jaja, mola mucho lo que he podido ver en las fotos y lo q cuentas tio, lo tngo impreso y en la playa me lo trago todo!(casi,casi como un libriko)jajaj.....un saludo y cuidaros!!