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J U L I O 2 0 1 0


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Hace muchos años que este viaje nos estaba esperando. La idea de viajar a la isla donde nació Rehana estuvo presente, rondando en nuestras cabezas, prácticamente desde que nos conocimos. Pero ya fuera por el recrudecimiento de la guerra, por el Tsunami del 2004, o por la pereza de vernos obligados a visitar a familia y demás, lo hemos ido posponiendo años tras año. Este verano finalmente vamos a cumplir con una gran ilusión y visitar Sri Lanka.


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viernes, 30 de julio de 2010

Quedan 3 días. Escupitajo deporte nacional.

Día 28, Negambo.
Me he lavantado decidido a salir temprano a buscar algún lugar donde hospedarnos en condiciones y salir de esta casa. Quedan 3 días y no es plan de estar como estamos. Aguantar aguantamos pero  hay gente sensible a los olores y las camas duras. Pero cuando una se gira, se gira, y cuando dice no es no, aunque quiera decir sí. Así funcionan a veces las cosas. Y lo que pasa que el que escribe también se cansa al final pero comprende que la peña tiene días buenos y días malos. Con estas Rehaza y yo hemos salido, tras casi 2 horas de espera a ver qué hacíamos, a ver si encontrábamos algo. Algo hemos encontrado después de chuequear hoteles y precios a lo largo de los 2 Km de playa que tiene Negambo, pero al final todo ha quedado en nada, a la mestressa no le ha parecido bien el sitio. Nos quedarmeos otra noche más en la casa. Más que estar hasta los mismísmos no se puede hacer. Punto.
A otra cosa mariposa, que cuando se junta la familia verdean a uno y cuando ese uno está delante, lo hacen con el que ya se fue. Esto sucede en toda buena familia que se precie. Más aún si es srilankesa y se juntan varias mujeres hermanas. Y más si alguna ha tenido alguna antigua pelea con alguno de los hermanos. La verdad es que Shashi se ha portado muy bien con nosotros durante el viaje pero también nosotros le hemos pagado bien y lo hemos cuidado como a uno más. Ha comido como todos y siempre ha estado con nosotros. Sí que es verdad que el hombre estos últimos días que ya estamos por Negambo va un poco más a su bola y se está aprovechando un poco del coche y de la gasolina. Se lo lleva a casa y hace sus cosas por ahí. Hay que comprenderlo pero por aquí las hermanas se han picado un poco con él por su manera de hacer, por no preguntar y tal. Son cosas de familia en las que no entraré porque no es lo que toca pero sólo decir que el ambiente con él, no por mi parte la verdad, está un poco tenso.
Aún así, nos hemos pasado la tarde, Rehana, Rehaza y yo, con él y su familia ya que su hija tenía una representación en el cole y le hacía ilusión que fuéramos. Ha sido un peñazo impresionante, largo, aburrido, lleno de gente y con mucha calor, pero le habíamos prometido que iríamos, sin saber muy bien a qué, y nos ha tocado pringar toda la tarde... pudiendo estar en la playa.
A las horas a las que hemos llegado no nos ha dado tiempo ya a chequear ningún otro hotelillo y nos hemos tenido que conformar con volver a dormir en la pocilga de ayer. No logro comprender cómo la gente es tan dejada. La gente es sucia por naturaleza, ya lo he dicho muchas veces, y no me refiero a que no se laven, que lo hacen pero de manera poco apropiada, ni que a que no laven la ropa, que lo hacen pero igualmente con desastrosos resultados, sino más bien al descuido en general de las normas de corrección, de los modales, y al descuido en general del mobiliario e instalaciones. La casa en la que estamos es guapa en estructura pero está tan poco mimada, tan llena de telarañas que cuesta bien poco quitar, con un olor a rancio tan fuerte que da verdadero asquito estar ahí. Por otro lado choca bastante la facilidad que tiene la gente para escupir. El escupitajo, el arte del gargajo, el spiteo, el agua va bucal o como se quiera denominar a tal repugnante acción es aquí una costumbre tan arraigada, tanto entre hombres como entre mujeres, que están pensando seriamente en convertirlo en deporte nacional o incluso olímpico. Se realiza con tal naturalidad que alguna vez he tenido que soltarle a alguien un " tíramelo a los pies también so cabrón". Son así de naturales. Pero igual te escupen como que te regalan una amplia y cálida sonrisa con esos pocos dientes teñidos de rojo del tabaco de mascar. Qué bella imagen. Me voy a sobar.

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